Nuestra actividad principal es VOLAR!, de la forma más natural, como lo hacen las aves, SIN MOTOR!.
En la página principal explicamos porqué creemos que el «vuelo sin motor» o «vuelo a vela» es el deporte aventura por excelencia. Para ser piloto sin motor, los mejores pilotos, el conocimiento básico es la meteorología, que no es más que el conocimiento del medio en que nos vamos a mover. Todo piloto debe tener un buen conocimiento meteorológico, la diferencia es cómo uses ese conocimiento.
Un piloto con motor vuela para desplazarse a otro aeródromo o dar una vuelta sin mucho quebradero de cabeza, arrancar, acelerar, disfrutar del paisaje y la sensación de volar, usa su conocimiento meteorológico para evitar las turbulencias, atento a no chocar con los pájaros, volver y aterrizar.
Un piloto que «vuela sin motor» desde el momento que se suelta del remolcador o apaga el motor tiene que buscar corrientes de aire ascendente, que son lo que los demás pilotos llaman turbulencias, nosotros las buscamos porque los veleros están diseñados para volar dentro de ellas de forma suave y segura. La sensación de ascender dentro de la burbuja térmica es increíble (con el aeroplano adecuado). Buscarlas y reconocerlas requiere una gran concentración y conocimiento del medio, por eso el tiempo se pasa «volando». Muchas veces los pájaros nos indican dónde están esas corrientes, y volamos dentro de ellas todos juntos, o nos ven girar y vienen con nosotros. Por esto decimos que el «vuelo a vela» es el deporte aventura por excelencia, en todo vuelo se pasa por momentos buenos, a mucha altura y momentos malos, a baja altura, por lo que estamos acostumbrados a controlar las emociones en momentos de tensión, ¡lo practicamos en cada vuelo!, manteniendo la calma para recuperar la altura y seguir volando.
Las divulgaciones las hacemos en motoveleros.
El motivo es que un «velero puro» está más indicado para entrenamiento, para personas con experiencia que saben lo que van a sentir y quieren aprender a volar sin motor.
Con el «motovelero» despegamos con motor y lo apagamos para volar como un velero, podemos vivir las mismas sensaciones. En lugar de ir solo en tu cabina vas al lado del instructor, puedes aprender mejor porque ves lo que hace, y él puede ver lo que haces tú e identificar errores más fácilmente. Estar sentados al lado da mayor confianza y no hace falta virar para mantenerse en el aire gracias al motor, así podemos evitar el mareo con personas más sensibles, dando a conocer nuestra pasión a un mayor número de personas.
Es curioso que los aficionados en Europa se cuentan por miles, y en España es una actividad casi desconocida. Hay países donde es una asignatura más, por los valores y habilidades que inculca.